Ahora que la Península de Santa Elena (Salinas), en Ecuador, decidió separarse de la provincia del Guayas (Guayaquil), medito sobre un estudio que se realizó hace tiempo sobre la estupidez humana. Y es que las ansias de poder político en Latinoamérica no tienen límites.
Carlo M. Cipolla decía: “Tengo la firme convicción, avalada por años de observación y experimentación, de que los hombres no son iguales, de que algunos son estúpidos y otros no lo son.”
Y luego pasa a enunciar las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana, que, según Cipolla, son como sigue:
El señor Cipolla hace un análisis de este comportamiento suicida definiendo a los estúpidos y a los superestúpidos:
Y luego pasa a enunciar las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana, que, según Cipolla, son como sigue:
- La Primera Ley Fundamental: " Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".
- La Segunda Ley Fundamental: " La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona".
- La Tercera Ley Fundamental: " Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".
- La Cuarta Ley Fundamental: " Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".
- La Quinta Ley Fundamental: " La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".
El señor Cipolla hace un análisis de este comportamiento suicida definiendo a los estúpidos y a los superestúpidos:
"Los Estúpidos: Nuestra vida está salpicada de ocasiones en que sufrimos pérdidas de dinero, tiempo, energía, apetito, tranquilidad y buen humor por culpa de las dudosas acciones de alguna absurda criatura a la que, en los momentos más impensables e inconvenientes, se le ocurre causarnos daños, frustraciones y dificultades, sin que ella vaya a ganar absolutamente nada con sus acciones.
Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué esta absurda criatura hace lo que hace. En realidad no existe explicación -o mejor dicho- solo hay una explicación: la persona en cuestión es estúpida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario