Había un profesor de filosofía que era un ateo profundamente comprometido, su principal meta cada semestre era probar que Dios no podía existir. Sus estudiantes siempre tuvieron miedo de discutir con él por su lógica impecable. Durante 20 años, siempre pensó que
Pues bien, hace unos años, un joven que había oído historias sobre este maestro, se inscribió en esta clase pues sin esta clase no podría terminar su carrera, tenía miedo. Durante los primeros 3 meses de aquel semestre, el oraba todos los días por tener el valor de ponerse de pie, sin importar lo que dijera el maestro, o qué pensaran sus compañeros de clase. Nada de lo que dijeran quebrantaría su fe. Finalmente llegó el día.
El profesor dijo: "Si hay alguien que todavía cree en Dios, que se ponga de pie!".
El chico de nuestra historia se puso de pie. El profesor y la clase de 300 alumnos lo miraron fijamente, en shock, al momento que se ponía de pie en el fondo del salón.
El profesor grito: "TONTO! Si Dios existiera él lo probaría evitando que este pedazo de tiza se rompa al golpear el piso!".
Acto seguido arrojo la tiza, pero al momento que lo hizo la tiza se resbaló de sus dedos y fue resbalando por su manga, por los pliegues de su pantalón y por su zapato hasta que, intacto, rodó por el suelo. El profesor quedó con la boca abierta observando la tiza en el suelo, después levantó su mirada al joven que estaba de pie y salió corriendo del salón. El joven entonces pasó al frente del salón y habló de su fe en Dios por la siguiente media hora. Los 300 estudiantes escucharon cómo hablaba del amor de Dios hacia ellos y de su poder.
¿Y tu...qué hubieras hecho?
Jajaja una tiza. vaya demostración para ambos.
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